Patria (dos)
En el patio regado de la
infancia
comí los higos más dulces
oscuros genitales de niño
su áspera delicia.
Entonces la patria era no
más que eso:
la sencilla felicidad de
las tardes
mateando a la sombra,
la roldana del agua
en el pozo del patio.
Mi padre, desde temprano
trepaba a los andamios
silbando
La patria era mi padre
mirarlo desde abajo
cuidar entre mis manos su
almuerzo
poner su vino a la sombra
y esperarlo.
He visto ese viento
sobre el lomo encabritado
de la tierra
la dentadura feroz
su dentellada de frío.
No había nada más
sólo el viento en el
desierto
y yo.
Me pregunté entonces si
lo que sentía
(eso que todavía no puedo
nombrar)
era la patria.
Sigo preguntándome lo
mismo