Tormenta
Cautiva mi asombro
ese dios que vocifera en la tormenta
su aliento de resaca
el
borbotón enfurecido
de su entraña.
Destellando
serpientes de hielo
se avecina,
el trueno brama su calentura
de toro en celo.
La tierra se sacude
desbordan
los cauces
que humedecen la ribera de su espalda
un tiritón de hembra agita la melena crespa
la
hojarasca en la curva de su vientre.
Oscuro animal astado
el viento empuja
resopla
lame.
Se oye un ronquido de presa
y el temporal se derrama
Llueve.