domingo, 9 de junio de 2013

Patria   (dos)

En el patio regado de la infancia
comí los higos más dulces
oscuros genitales de niño
su áspera delicia.
Entonces la patria era no más que eso:
la sencilla felicidad de las tardes
mateando a la sombra,
la roldana del agua
en el pozo del patio.

Mi padre, desde  temprano
trepaba a los andamios
silbando
La patria era mi padre
mirarlo desde abajo
cuidar entre mis manos su almuerzo
poner su vino a la sombra
y esperarlo.

He visto ese viento
sobre el lomo encabritado de la tierra
la dentadura feroz
su dentellada de frío.
No había nada más
sólo el viento en el desierto
y yo.
Me pregunté entonces si lo que sentía
(eso que todavía no puedo nombrar)
era la patria.

Sigo preguntándome lo mismo                              

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